miércoles, 5 de noviembre de 2008

Sant Joan Despí, USA

Venga, vamos a soltar ya de entrada todos los tópicos y así podremos dedicarnos enseguida a lo que realmente nos interesa.

Ahí van: vivimos en una aldea global. La crisis ha condicionado sobremanera la atención hacia las elecciones norteamericanas, La televisión ya no es lo que era. Los medios se están atomizando. El color negro está de moda. Palin no ha hecho ningún favor a McCain... Creo que ya son suficientes.

A lo que vamos.

Acabo de ver cómo funcionó anoche la audiencia en televisión (confieso que la lectura que voy a hacer es desde Barcelona y, por tanto, desde un área con algunas particularidades en el consumo de medios). Precisamente por ello tiene sentido –si lo tiene– el comentario que va a continuación. Anoche la televisión española (no TVE, que es otra cosa) se volcó en mayor o menor medida en dar cumplida información de la evolución de las elecciones presidenciales en Estados Unidos. Por algo será. El caso es que hubo más de uno y más de dos programas especiales. No obstante quiero poner mi atención en dos de ellos: el de TVE y el de TV3. Dos cadenas públicas y, por tanto, con una función de servicio que tiene que ir un poco más allá del mero entretenimiento.

En este contexto, ambas contaron con destacados profesionales (otro tópico que se me había traspapelado) desplazados al lugar de los hechos para informar en riguroso directo sobre el terreno (algo que se hace palpable en muchas ocasiones a la vista de que casi nunca se dispone de los socorridos teleprompters desde los que leer la noticia).

No es cuestión de establecer la comparación en términos bélicos, pero es cierto que la batalla la ganó a todas luces TV3. ¿Anecdótico? Más bien, sintomático.
Si tenemos en cuenta la evolución del comportamiento de la audiencia en la TV autonómica catalana a lo largo de estos dos últimos meses podremos comprobar como ésta se ha vuelto a hacer no un hueco sino un sitial en el ámbito de la información. El público percibe que en el mundo pasan cosas de las que precisa estar informado y, a renglón seguido, busca quien puede servirle ,mejor la información. En quien puede depositar su (in)tranquilidad. Y toma decisiones. Estas decisiones han llevado a TV3 a ocupar de nuevo el liderazgo en los informativos.

Algunos podrán argumentar el carácter “casolà” (casero) de la decisión. No obstante, la realidad lo desmiente. No solamente es un problema de proximidad, sino de confianza. Las elecciones norteamericanas nos pillan (geográficamente) lejos. No son ni el suceso de Castelldefels, ni la noticia de Ripoll. Se trata de información con mayúsculas.

Si en las grandes ocasiones el público opta por la cadena catalana es que el pulso está ganado. Soy consciente de que ello no se puede considerar un hecho de última hora, una novedad, pero también lo soy de que triplicar en términos de share (de 4% en TVE a 12% en TV3) no puede ser considerada una cuestión menor.

TV3 se ha puesto las pilas, y el público responde. El cambio de tendencia se asienta por segundo mes consecutivo. Yes, you can.

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