miércoles, 5 de noviembre de 2008

¿Seguro?


El pie de foto que publica El País en su edición digital (www.elpais.es) parece muy explícito: “Obama y Joe Biden celebraron su triunfo junto a miles de seguidores en Chicago”. Está claro que sobran motivos. Hacer historia es lo que tiene y, en este caso, podemos afirmar sin miedo a equivocarnos que Obama lo ha hecho.

Lo que no es tan claro es que la foto confirme el término “celebración”. Creo que por primera vez a lo largo de la (casi eterna) campaña veo una foto del candidato demócrata en la que no está sonriente, complacido, seductor. Será el cansancio, serán los nervios, será la emoción. Será.

Lo que me parece cierto es que la expresión de Obama expresa muchos sentimientos, pero no el de celebración. No es el caso de Joe Biden, al que se ve tranquilo, con cara de haber hecho los deberes. Su jefe de filas mira lejos, casi a un punto en el infinito. Piensa, más que mira. ¿En qué? A ver si va a ser que antes de ejercer ya se le está poniendo cara de presidente. A ver si vamos a cambiar el sueño americano por la realidad de la Casa Blanca antes de ser su inquilino.

Obama ha conseguido lo que muchos otros no habían hecho: crear ilusión, implicación, (una cierta) confianza en el futuro que él apunta, sensación de que mucho –no todo– es posible. Que no se trunque a la primera de cambio. Que solo sea cansancio. Que el miedo o el hastío tarden en llegar. Que sólo sea una mala lectura mía de una foto. Que así sea.

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